Más de veinte años convirtiendo tu afición en oficio. Tú puedesEscribirCorregirPublicar

Si quieres escribir y publicar un libro, sin más, no necesitarás de nadie pero ¿llegarás al público lector? Para ser escritor hay que estudiar, desarrollar tus capacidades, potenciar tu creatividad, adquirir recursos y herramientas y, no menos importante: conocer el oficio de escribir. Queremos ayudarte, acompañarte, mostrarte, queremos que sepas qué es una editorial, las opciones de un escritor, los secretos de este maravilloso y complicado oficio. Tenemos todo lo que necesitas. No somos intrusistas, estamos certificados. Hemos experimentado y sufrido las consecuencias de escribir y publicar un libro sin conocer el sector de la escritura y la edición. 

Si estás dispuesto, dispuesta, a sudar chorros de tinta y llenarte los bolsillos de kilos de empeño y constancia, contacta con nosotros. Recibirás asesoría personalizada. Vamos a trabajar según tus objetivos y vamos a dotarte de todo lo que necesites para que escribas una obra de calidad y llegues al público lector.

Me llamo Mercedes. Hace veinticinco años, no era más que una aprendiz que soñaba con ver publicados sus poemas de niña. Por entonces, Internet era aún ciencia ficción. Encontrar una academia de escritura era como buscar la aguja del pajar. Pero encontrar una editorial era como querer subirte al espacio para conseguir una estrella. 

Mi vocación era más fuerte que mi desencanto. Pensaba que ser escritora era algo así como ser un ente con unas capacidades adquiridas desde la cuna, un don que solo se le otorgaban a los maestros de la literatura. 

Hubo un tiempo en el que quise desprenderme de las musas. Llegué entonces a una conclusión: un escritor, o escritora, puede abandonar la escritura: la escritura nunca abandona al escritor.

Rendirme no era una opción, aunque hubiera querido escapar, las ideas me llovían por todos los recovecos de mi mente. Entonces decidí poner la tinta a trabajar. Debía sacar provecho de mi capacidad para plasmar toda la creatividad que me perseguía incluso en sueños.

Manos a la obra, me apunté a la única escuela a distancia que puede encontrar. Estudie cultura lingüística, creación literaria, corrección profesional, incluso coaching para elaborar mi propio método para conseguir mis objetivos literarios. 

Empeño y constancia, tuve la suerte de tener a uno de los mejores maestros, Ricardo Llopesa. Fue la primera persona que confió en mí. Era un gran escritor y, por el año 99, director de la editorial Instituto de estudios modernistas. 

Dos años más tarde, El Desván de las Letras llegó a mi mente como si fuera un libro abierto. Todo estaba escrito. Puse en marcha mi primera escuela de escritura y, desde entonces, no ha dejado de crecer.