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Escribir es vivir. Muchas son las personas que sienten la necesidad de escribir. No buscan como finalidad convertirse en grandes escritores, ni siquiera en escritores aficionados. Emplean la escritura como una vía de escape de sí mismos para intentar resolver conflictos internos y externos y así luchar contra esos “fantasmas” que en ocasiones nos asfixian el alma.

Cuando escribimos le abrimos las puertas a ese yo interno que permanece a la espera de ser descubierto. Aprendemos a escuchar nuestros deseos, analizar nuestros pensamientos y enfrentarnos a nuestros sentimientos. Escribir es vivir, es como adquirir una llave que abre la puerta de la libertad emocional. Yo defino la escritura como la magia que siento cuando mis dedos tocan el teclado evitando la censura y derrochando sinceridad hacia mi propia persona.

Escribir extiende mis alas, me ayuda a resolver mis dudas y a crecer como persona. Cuando escribo soy capaz de vivir aquellas vidas que tanto he anhelado, inventando para ello un paraíso, quizás utópico, donde me siento viva. También me ayuda a asumir la crudeza de la realidad y analizar el porqué de unos sentimientos que logran desbordarme. Y lo que aún resulta más extraordinario, mucha parte del material escrito acaba siendo el germen de una idea para un proyecto literario. Aunque bien es cierto aquello que nos dicen en decenas de manuales sobre técnica narrativa: «No debemos emplear nuestros desahogos escritos para narrar una historia si queremos atrapar al lector».

¿Podemos emplear la escritura como terapia o herramienta de autoconocimiento? Mi experiencia a lo largo de muchos años me anima a decirte que no solo puedes, sino que deberías sentir la magia de escribir.

En su libro La escritura como búsqueda, Silvia Adela Kohan afirma que «la escritura es una herramienta para el autoconocimiento y la expansión personal». Cuando escribimos podemos crear aquellos mundos donde hubiéramos querido vivir, pudiendo además aprovechar este material creativo para transformarlo en material literario, de este modo saldremos doblemente beneficiados, vislumbrando un arco iris en la penumbra de nuestras vidas. Aunque no sea tu deseo ser escritor, puedes escribir un libro. Un libro donde quedará por escrito la verdadera esencia de lo que eres, quieres y no quieres en tu vida, tus capacidades, tus logros, los muros invisibles que puedes derrumbar. Experiencias que nos aportarán un maravilloso, aunque a veces doloroso, aprendizaje. Ese libro será la medicina para tu alma.

En El Desván de las Letras te ofrecemos un curso muy especial para desarrollar tu talento, potenciar tus capacidades pero, sobre todo, para sanar tu autoestima y encontrarte con la voz de tu «Yo superior». Una aventura fascinante a través de la escritura.

Llámame, adaptaré el programa de estudio a tus necesidades. 

Terapia a través de la escritura